Just another working day... {Libre}

Ya casi era medio día y el lugar estaba cobrando vida. En Menia había pocos restaurantes, por lo que el lugar se llenaba de gente al medio día y a la noche; lo que aumentaba las ganancias y mi trabajo. Aunque no me quejaba, la paga era genial y conocía a toda clase de gente. Ya después de un año de trabajo aquí podía reconocer la clase de cliente con el que iba a tratar; desde los más importantes empresarios hasta los jóvenes enamorados que venían para celebrar su primer aniversario.

“Espero que aparezca alguien interesante” pensé.

Últimamente las cosas han estado algo monótonas; antes podías encontrarte con una infinidad de personas en este lugar, pero ahora solo se veían a viejos empresarios y jubilados. Tome la orden de una pareja de mediana edad y fui a llevarla a la cocina; por sus miradas se podía notar que era su aniversario. Después de eso volví a mi puesto cerca de la puerta de la cocina a la espera de un nuevo cliente o de alguna otra orden.

Debido a mi puesto como guardia del club, mi trabajo se iniciaba por las noches y yo dormía hasta tarde. Esa mañana me levanté a las once y bufé mientras me tapaba los ojos con un brazo, qué nochecita habíamos pasado, borrachos que se querían propasar con las chicas y luego un hombre que intentó robarle a una mesera...en fin, había sido una noche muy, muy pesada. Me levanté de la cama y entré al baño para darme una ducha rápida, mi estómago rugía, así que saliendo lo primero que haría sería comerme lo que fuera que hubiera ahí.

Al salir de la ducha, me puse unos vaqueros deslavados y una camisa azul junto con unos tennis blancos (que ya no eran blancos y no tenía intención de lavarlos) y con el cabello aún húmedo, me dirigí al refrigerador para ver que no había absolutamente nada. Bufé con molestia y con mucha hambre así que salí de ahí dando un portazo.

Mientras caminaba por las calles, vi que un restaurante estaba abierto, así que entré y observé a mi alrededor. Por supuesto no llevaba dinero para pagar un almuerzo, por eso estaba atento a las meseras, entonces vi a una que parecía algo aburrida y sonreí.

El almuerzo está servido pensé con ironía y me senté en una mesa esperando que fuera ella quien me sirviera.

off: espero que no te moleste que haya entrado

off: para nada, es mas te lo agradezco, ya esta comenzando a pensar que nadie entraria xD

Estaba un poco aburrida ya, no había nadie realmente interesante al cual observar. Toda la gente que ahí se encontraba ya la había conocido de anteriores visitas. Pero entonces la puerta del restaurante volvió a abrirse y un joven entro. Miro hacia todos lados y después fue a sentarse a una mesa. Sonreí disimuladamente, al fin alguien interesante.

Mientras me acercaba a su mesa comencé a mirarlo disimuladamente, analizándolo un poco. No parecía el típico cliente que viniera a comer a un restaurante, más bien parecía esos que comían en sus casas a la mañana y en los bares a la noche. Pero no tenía mal aspecto y realmente era apuesto.

-Buenos días señor – le salude con una sonrisa al estar junto a su mesa.

Deje un menú en su mesa para que pudiera ver y así ordenar algo. Al estar mas cerca pude apreciar mas detalles. Una ligeras y casi imperceptibles ojeras me confirmaban que solía salir de noche hasta tarde, y su cabello ligeramente húmedo me indicaba que acababa de salir de la ducha. Desvié mi mirada ya que no quería incomodarlo ni nada por el estilo, ya me había pasado antes con otros clientes. A veces no podía entender que me pasaba un poco con mi “análisis”.

-¿Quiere algo en especial o alguna sugerencia? – pregunte con cordialidad profesional, como siempre lo hacia.

Con sus constantes guiños y sonrisas seductoras hasta un ciego hubiera notado que trataba de coquetear conmigo. Yo le sonreí en forma profesional, sin compromisos a nada. No era la primera vez que me encontraba con algún comensal que intentaba intimar un poco con las meseras, pero tenía que entender que, por lo menos en mi caso, eso no le seria tan fácil.

-Pues si quiere comer carne le recomiendo el conejo con salsa mixta, en cambio si prefiere pastas pues le recomiendo los canelones con salsa portuguesa – recite de memoria.

No estaba para nada mal, pero no estaba interesada en nadie, y mucho menos en el trabajo. Hay momentos para cada cosa. Aunque también podíamos jugar un poco, siempre era divertido.

-El “señor” es parte del trato hacia los clientes, lamento si usted se lo tome tan a pecho – sonreí divertida. – Si tanto desea que no lo llame “señor” pues podría decirme su nombre para empezar -.

Mientras lo miraba a los ojos me incline lentamente, le quite la carta de la mano y le guiñe un ojo.