Un "extraño" paseo... (libre)

Milagria... vaya nombre para una ciudad tan aburrida y que no le veía por ningún lugar lo milagroso. Por un momento me pregunto si mi padre le había puesto ese nombre o alguno de los otros desarrolladores mientras siento el constante bamboleo de mi montura. Mmm... probablemente sea la segunda opción dudo mucho que él sea capaz de crear una situación que tenga tan poca correspondencia y a mi parecer, un error estúpido.

Finalmente puedo ver mejor las lapidas de Uld y aprieto con mas fuerzas lo costados de mi demonio para que se pare. Una vez que esta totalmente estático bajo de un brinco y camino hacia donde esta su cabeza. Su nombre es Theeluz, se asemeja a un milpiés gigante de dos metro de largo y cerca de medio metro de ancho, de colores terrestres. Curioso que lo llame ya que es "mudo" a diferencia de mis minions favoritos, solo se comunica por el pensamiento y no es algo que él acostumbre a hacer. Sin embargo, en el desierto queda bastante bien y hoy no tenia ganas de hablar con sus hermanos.

-Gracias-le digo, no es recomendable ser desagradecida con ciertos entes. Theeluz agita su cabeza aforme y se desvanece como si fuese una racha de arena.

Camino lo poco que me queda hacia el cementerio para empezar a perderme entre tumbas y mausoleos. Siendo lo que soy el cementerio es lo contrario a un lugar muerto, esta lleno de demonios que oigo y veo. Los mas débiles se esconden para que no los domine, los mas fuertes me ven desafiantes. Yo sigo mi camino, el día de hoy solo vengo de paseo y a pensar sobre los Asis. Recargo mi espalda en la pared de un mausoleo que tiene un ángel al que le falta un ala, oigo unos pasos acercarse y cuando abro los parpados hay un par de ojos observandome.

-¿Te puedo ayudar en algo?

Estaba dándole vueltas a varias cosas que se me pasaban por la cabeza, últimamente no sabía nada de nadie, en el trabajo iba de mal en algo peor, y me habían dicho que tenía que ir todos los días para que no me pusiesen de patitas en la calle. Esa razón hacía que me sintiese un poco desubicada, porque por el camino que iba mañana ya no tendría con que pagar las cosas, bueno intentaría solucionarlo.

Pasé mi mano por algunas lápidas que salían de el suelo, se suponía que un cementerio estaba siempre vacío, pero no, esté cementerio estaba lleno de diferentes seres, se podría decir que sobre todo demonios. Anduve con la cabeza gacha, intentando que mis ojos no molestase a nadie, lo único que quería era llegar al mausoleo donde se encontraba la única familia que tenía, y por supuesto, todos estos familiares estaban muertos.

Para tranquilizarme, ya que no paraba de pensar en los demonios que me miraban como si estubiese comentiendo un error al estar en ese lugar, empecé a tararear una bonita canción ''If you wanna fight, I’ll stand right beside you, The day that you fall, I’ll be right behind you, To pick up the pieces...'' Dejé de cantar cuando vi que una extraña estaba apoyada en un mal sitio, porque ese mausoleo no le pertenecía, mejor dicho era de mi familia, y eso hizo que me molestase un poco ¿Qué se creía? Me acerqué a ella pensando que esta vez iba a ser cordial con esta chica, pero mi rostro enfadado a lo mejor no enseñaba lo mismo.

Estaba mirándole, intentando pensar que decir, no era muy buena para estas cosas, preferiría que esto le hubiese pasado a cualquier otra persona y no a mi. Pensé en hacer como si no la hubiese visto, pero justo cuando iba a dar media vuelta para irme, la muchacha abrió los ojos y me vio, creía que se iría, poro eso no fue lo que hizo, ya que de su boca salieron unas palabras dirigidas a mi. Preguntaba si podía ayudarme en algo, pero estaba segura de que el significado de la frase era para que me largase, pero eso no lo iba a hacer.

-Me podrías ayudar quitándote de ese sitio- Le dije con una voz algo impertinente.

Este encuentro lo podía mirar de dos maneras, si fuese amable habría conocido a una amiga, y haciendo lo que estaba haciendo, seguramente estaba conociendo a una persona que iba a querer quitarme del mapa al primer momento.

-Me podrías ayudar quitándote de ese sitio..-dicela dueña de los ojos que se semejan al cielo sobre nosotras que habían estado observandome. Vaya ojos... pero sobretodo vaya valor para hablarme así a Mi. Claro que es mas que probable que la rubia sea otra desmemoriada que ni se imagina quien soy yo en la realidad.Y en este juego solo soy la nueva dueña de uno de los negocios mas prósperos y debo mantener un bajo perfil. Sin embargo dirigirse hacia mi de esa manera en un lugar que es mi segundo hogar puede ser un grave error para ella. La miro de arriba a abajo analizándola... no parece alguien que este a mi mismo nivel. Un motivo más para no contestarle de buena manera o que yo me digne a prestarle atención.

-Control, control-,escucho la chillona voz de Nefu en mi cabeza. Hago una mueca mental, se que el tiene razón debo pensar como una ajedrecista y no dejar que me lleven mis impulsos a perjudicar cosas (o personas) que puedan resultar útiles.

Me muerdo el labio inferior para dominar mi mal genio y no hacer algo precipitado que pueda arruinar la forma de usar a la chica en algún futuro. Sin dejar de recargarme, cambio la intensidad de mi mirada y la tensión de mi cuerpo a algo que se pueda traducir como ligeramente defensivo pero no en agresivo.

-¿Si?-le pregunto conteniéndome todo lo que puedo-¿Por que debo hacerlo?-oigo nuevamente las advertencias de mi demonio poket resonar dentro de mi, por eso agrego.- Ten en cuenta que yo te he ofrecido mi ayuda y tu me has contestado bruscamente.

Mientras espero su respuesta noto que a nuestro alrededor se congregan demonios de nivel bajo y medio, sin duda atraídos por las voces que se han atrevido a romper el silencio de su hábitat. Al ver que una de las voces me pertenece a mi guardan su distancia sin dejar de escuchar atentamente.

Me sentí intimidada cuando se me quedó mirando, pensé que me había metido en un buen lío, del cual no sabía como salir. Noté como se mordía el labio inferior, a lo mejor intentaba no decir algo de lo cual podría arrepentirse, o simplemente podría tratarse de un simple hábito que tenía. Después de escuchar sus preguntas, me dí cuenta de que esta chica conseguía ponerme los pelos como escarpias, eso se podía deber a que se le notaba que tenía demasiada confianza en si misma, por lo tanto si tenía tanta autoestima, me tendría machacada en un momento, porque de lo que esta muchacha tenía hasta reventar, a mi me faltaba por todos lados.

No sabía que decir, notaba que mi pulso se aceleraba, lo que mejor se me daba en estos casos era darme la vuelta e irme, pero sabía que esa no sería la solución para este problema. A nuestro alrededor se formó un corro de demonios, los cuales nos miraban, esperando ver que pasaba. No entendía porqué estaban quietos, nunca pensé que se controlarían tanto ante las personas que habían alterado su cómodo silencio. Volví mi mirada a la muchacha morena con la que estaba compartiendo una ''conversación'', necesitaba responderle, así que dije lo primero que se me vino a la cabeza, intenté ser amable, ya que estaba segura de que si nos poníamos a hablarnos de malas formas ella iba a ganarme por goleada.

-Me gustaría que no te quedases apoyada en este mausoleo- No dije más, porque fue lo único que pude aguantar para no gritarle.

Tenía ganas de transformarme en el colibrí que me sacaría moviendo sus alas de esta situación, cuando estaba en forma animal, estas cosas no pasaban, por eso mismo en estos momentos mi cuerpo me gritaba que cambiase y que me fuese de aquí volando, pero sabía que eso era muy cobarde, y si me volvía a encontrar a la morena, pasaría la mayor vergüenza de mi vida, por eso opté en que las buenas formas jugasen en mi favor.

La ojiazul se quedo callada por algunos segundos, si mi capacidad de leer a las personas sigue funcionandome la chica anda algo nerviosa o incomoda. Que interesante, ¿a que se deberá? Tal vez el sitio le de miedo o incluso yo se lo de, esa idea resulta altamente complaciente. Puede ser que sea insegura o que tenga prisa... pero si tiene tanta prisa ¿Por que se detiene a hablarme? Antes de que siga con mis cavilaciones me contesta.

-Me gustaría que no te quedases apoyada en este mausoleo.-Que comentario tan extraño, tanto por su tono como por su mensaje. Por un lado a ella no tiene por que importarle donde yo este recargada. Por otro lado su tono... es como si tratase de ser amable pero su voz no lo transmite totalmente. Bueno, si ella quiere ser amable por mi no hay problema... pero que lo sea completamente.

Como primera respuesta chasqueo la lengua en señal de desaprobación mientras niego con la cabeza.
-No, no me refería a eso,- de hecho no me había referido a nada en especifico pero ella no tiene porque saberlo.-me refería a las palabras magicas.

Una racha de viento pasa levantando el polvo y la arena del suelo del cementerio, por encima de nosotras pasa volando una bandada de demonios y aves. No soy la única que los nota, la rubia también los ve y les dedica una mirada especial. ¿Que significa esa mirada? Esta duda me trae otra mas que no tardo en preguntarle.

-Aunque ya que lo mencionas... que tienes contra de que yo me recargue aquí. No logro ver como esto te afecta.-le digo tratando de sonar amable y ligeramente curiosa.

Entorné los ojos mientras la escuchaba, me estaba poniendo algo nerviosa ¿Tanto le costaba quitarse? Le miré de nuevo intentando calmarme, no entendía nada, no entendía que hacía esta chica apoyada sobre este mausoleo, bueno la verdad es que no era para tanto, pero a mi sí que me había molestado. Analicé la situación, pensando en irme sin darle una respuesta.

-Me refería a las palabras mágicas- Dijo la chica morena, eso fue lo que hizo que mis ojos se abriesen como si hubiese visto algo que me llamase mucho la atención ¿Quería que le dijese por favor? Me quedé pensativa, pensando mi siguiente movimiento, si me movía de mi sitio e intentaba entrar al mausoleo tendría que pasar entre bastantes demonios que contemplaban nuestro pequeño enfrentamiento, y si me quedaba en mi situación actual tenía que buscármelas para que la muchacha se moviese y me dejase tranquila.

El viento que se levantó hizo que mis mechones rubios se alborotasen, y la la chica cuyo nombre desconocía volvió a hablar, su voz sonó con un tono diferente a el anterior, parecía... ¿Amable? Ahora sí que no entendía nada, pero por mucho que pusiese buena cara, no iba a contarle porque le había pedido que se quitase, así que a lo mejor hice, mejor dicho dije lo que no debería de haber dicho nunca.

-Bueno, todo está en contra de que estés aquí, así que mejor si te vas- Perfecto mi plan de buenos modales se había esfumado, así que sólo me quedaba ver como mi acompañante respondía a mi pequeño ataque.

Después de escuchar tales palabras no puedo hacer otra cosa más que reír con todas mis ganas, una risa muy característica de mi ser. Las carcajadas frívolas que siempre procuro guardar o disfrazar, pero en Uld me siento como en mi casa (de hecho mejor que en ella) y lo que acababa de decir la de los ojos celestes termino por ganarle a mi mascara. Como respuesta a mis sonoras risotadas los demonios grandes que estaban más lejos se giraron a verme y los chicos que se habían acercado se movieron como si estuviesen agitados. Algunos dieron brinquitos y otros corrieron o hicieron ruidos raros. Probablemente si fuera otro tipo de risa, una más alegre, la que los hubiera perturbado su reacción hubiera sido demasiado diferente. Incluso hubiera podido ser agresiva pero al escuchar en mi risa el reflejo de la maldad que habitaba dentro de ellos no atacaban como si me reconocieran.

Sus palabras son sumamente graciosas, es seguro que ella solo esta hablando por hacerlo y no se imagina ni en lo mas minimo en lo que sus palabras la podrían estar metiendo. Esas palabras que lograron desenmascarar a la chica amable que había estado intentando hacer. Ni modo... pero bueno tal vez sea mejor así, yo nunca tengo suficiente pelea que satisfaga mi necesidad de lucha y ella me la acaba de poner en bandeja de plata.

-¿Todo está en mi contra rubiecita?- le digo con mi voz normal e incluso dejo traslucir un poco de mi diversión -¿Por qué crees eso?- finalmente me despego, aunque solo un poco de la pared del mausoleo. Hago mi cabeza hacia atrás y por breves segundos cierro mis ojos al tiempo que aspiro el olor que expedía el propio cementerio y los demonios. Un olor a corrupción y a maldad con el que me gusta deleitarme, esa es una de las razones por las que me hallase ahí.

Volví a fijar mis ojos en ella y le dedico una sonrisa torcida, mientras voy sintiendo la adrenalina y el poder embriagarme... anticipados a lo que haré próximamente.

-Yo creo que la que tiene en su contra es otra...- insensata, ¿Como se había atrevido a retarme a mí a si? Ella había cometido un error y yo sería la encargada de demostrárselo. -Xenoth, aparécete.- conjuro a uno de mis minions favoritos para alardear.

Spoiler: