Tommy Daniel Cahill —Dusk—

La vida de Tommy Cahill, llamado Dusk actualmente debido a su estancia en el juego, jamás ha sido fácil. Éste hombre nació una tarde primaveral hará casi unos treinta años, en el seno de una familia de clase media. Por aquel entonces, ya tenía un hermano mayor dos años más grande que él. Creció junto a su hermano, Sam, aquel que desde pequeño ya presentaba las cualidades que le harían convertirse en uno de los mejores marines de hoy día; valor y constancia. Como solía decir Hank, —su padre y futuro capitán del cuerpo de marines— Tommy también poseía todas esas cualidades para ser un gran hombre, sin embargo, de los dos hermanos, él era el que se rendía a la primera de cambio cuando algo que se le presentaba era más complicado de lo que esperaba. Su adolescencia se vio fuertemente marcada por su extraña enfermedad —llamada Hipermnesia— que, aunque podría haber sacado un gran partido debido a su gran capacidad para recordar las cosas tan nítidamente, terminó por hundirle y dejarse sucumbir por los malos e imborrables recuerdos, aquellos que por siempre le acompañarían. No, aunque por ahora podamos pensar que su vida había sido regularmente feliz nos equivocamos. Su padre apenas se encontraba en casa, provocando la tristeza de los pequeños hermanos y el de su propia esposa. Habían días en los que llegaba en altas horas de la noche, borracho y extremadamente violento. Asimismo, jamás tuvo reparo alguno en demostrar el gran encaprichamiento que sentía hacia Sam. El mayor de sus hijos. El predilecto, su pequeño marine.

Los años pasaron para todos y cada uno siguió su camino. Ambos hermanos se independizaron y vivieron su vida de formas muy dispares. Sam cumpliendo su sueño —y el de su padre— de convertirse en un héroe de EEUU y Tommy, siguiendo los pasos contrarios que éste, robando y convirtiéndose en el villano de la familia. La oveja negra —aunque él siempre se había sentido así—. Tommy jamás perdió el contacto con su familia ni con el de su propio hermano, pero estaba muy claro que el trato que tenían sus padres hacia él no era el mismo que el que mantenían con Sam. Fuese como fuere, lo entendía, o eso intentaba. ¿Quién estaría orgulloso de un hijo así? Mientras que Tommy se la pasaba atracando diversos lugares cuando apenas podía pagar el alquiler de su hogar al gastárselo en bebida, sentenciando así su vida en robos, mujeres y alcohol, su hermano ya había formado su propia familia con una hermosa y ya crecida Grace. Antigua compañera de secundaria de Tommy. Las cenas familiares, las quedadas, las invitaciones y demás, no hicieron nada más que acrecentar la mala relación con su cuñada y las peleas incesantes con Hank. Los años fueron pasando y, en uno de sus tantos atracos, Tommy finalmente fue arrestado, condenado por todos los robos cometidos a dos años de prisión. Un mal episodio en su vida del cual aprendería, aunque fuese mínimamente. Al salir con la condicional siguiéndole los pasos, volvió a reencontrarse con sus dos sobrinas y el resto de la familia. Su hermano partió pocas semanas después en una misión. Éste, en un accidente de helicóptero le dieron por muerto. Tommy decidió hacer algo, —no con la intención de mejorar su vida si no cuidar de la familia de su hermano— llenar ese vacío en los corazones de las tres chicas. Pero al poco tiempo él también cambió, para bien. Convirtiéndose en un apoyo para las pequeñas y para la propia Grace.

Ya era un hecho. La atracción entre ambos era más que evidente, mas ésta culminó en un pasional beso en una noche cernida de estrellas centellantes. Se avergonzaron de aquel beso. Se avergonzaron de atraerse. Se avergonzaron de los sentimientos que estaban creciendo en el interior de los dos. Pero, a la mañana siguiente, una noticia impactante volvió a remover los cimientos de la familia Cahill con la revelación acerca del regreso del marine Sam Cahill. No estaba muerto, al menos no físicamente. Sam no estaba bien psicológicamente debido al trauma pasado por las cosas que tuvo que hacer por sobrevivir. Había cambiado, le habían cambiado. Las miradas entre su hermano y su esposa no pasaban desapercibidas ante sus torturados ojos. Los celos le carcomían. Es por ello que Tommy y Grace, ambos arrepentidos y sintiéndose mal por lo ocurrido, decidieron aclarar las cosas y cortar de lleno con los sentimientos que estaba empezando a surgir entre ambos. Tommy apoyó a su hermano a pesar de sus rechazos y amenazas, a la par que intentaba por todos sus métodos olvidarse de sus sentimientos hacia la mujer de su hermano. Cayó de nuevo en su vida anterior, llena de vacío. Sin embargo, decidió dejar de robar —no podía cometer más infracciones si no quería volver a la cárcel— para trabajar como camarero y seguir viendo a sus sobrinas. Aún así, las cosas para Tommy no parecieron solucionarse. Es más, cuando Sam parecía recuperarse y empezaba a ir viento en popa, Hank y Elsie Cahill decidieron acoger a su hogar a una adolescente rebelde, descarriada. Una muchacha muy parecida a Tommy en sus tiempos. Pero su nueva hermanastra —por decirlo de algún modo— le resultaba ser conocida, puesto que se había acostado precisamente con la misma hacía un par de semanas atrás. A la muchacha adolescente, con las hormonas más revolucionadas de lo normal, le resultó ser todo un reto. De lo morbosa y lo graciosa que le resultaba ser la situación y, el hecho de insinuarse a Tommy, terminó por convertirse en un capricho casi obsesivo por el mismo, del afirmar estar incluso enamorada. Tommy la ignoró desde entonces, pero empezándole a resultar ser difícil, ¿para qué negarlo?

Y así fue como entró en el juego. Aquel del que todos hablaban, aquel del que todos se obsesionaban. Incluso él. Quiso desconectar por completo de la vida real, aquello que llevaba buscando desde hacía muchísimo tiempo. El juego se convirtió en una droga mucho más adictiva y fuerte, no equiparable con nada de lo que hubiese probado anteriormente. Terminando por concienciarse de que ha vivido en éste juego siempre. Ya no piensa en nada anterior a esto que ahora conoce. Bien es cierto que su incurable enfermedad por recordar todo hasta el más mínimo detalle hacen que pequeñas porciones de recuerdos le vengan en mente, como imágenes borrosas ante sus ojos, pero sin ninguna especie de significado que pueda llegar a comprender. Tan rápido como asaltan su mente desaparecen.