¿Por qué demonios tenía que venir? [Luxor]

Tema: ¿Por qué demonios tenía que venir? [Luxor] Miér Ene 26, 2011 9:22 pm

off: antez de que leaz mi pozt, zolo quiero decirte que mi eze ha muerto azi que me veo obligada a uzar la z. No creaz que ez mala ortografía. xDD

Zabía que algo tenía que ir a comprar al mercado, eztaba máz que zegura que había algo que necezitaba y que zimplemente lo había olvidado en el camino. "Ezo te paza por no apuntar laz cozaz Lyra" me regañó mi conciencia y yo decidí que lo mejor era ignorarla, tenía toda la razón, pero en ezte momento ya no podía hacer nada. Y ezo bázicamente porque llegando al mercado había entrado a una tienda de bizutería, la cual tenía unaz joyaz increíblez y había terminado por comprarme un dije en forma de maripoza y que eztaba hecho de diamante. Miz ahorroz de la zemana ahí iban contenidoz, pero como podía permitírmelo, puez había decidido que me conzentiría un poquito, teniendo en cuenta de que últimamente he hecho muy poco para mí mizma.

Al zalir de la tienda me zentía toda una diva, para qué negar que también tenía mi lado vanidozo y que me guztaba zentirme hermoza y qué mejor que un lindo dije para lograr aquello, la verdad nada. Juzto iba caminando entre lo ezcaparatez de laz demáz tiendaz y al llegar a la parte donde vendían loz objetoz necezarioz para una caza, recordé lo que tenía que comprar una nueva regadera y un cable para que funcionara la lavadora. Zuzpiré y me golpeé la frente con la palma de mi mano no podía creer que ezo me pazara, ahora tendría que regrezar, ir por máz dinero y comprar ezaz condenadaz cozaz o no podría bañarme o tener ropa limpia.

- Genial zimplemente genial, ¿no queríaz olvidar algo máz importante Lyra? No zé, quizáz tu cabeza - me regañé en voz alta cauando que muchaz perzonaz me voltearan a ver y yo me zonrojé terriblemente mientraz zonreía nerviozamente y me golpeaba mentalmente contra una pared. Ezto zólo podía pazarme a mí - ¿algo máz? - zuzurré mientraz miraba hacia el cielo, completamente enojada.

Tema: Re: ¿Por qué demonios tenía que venir? [Luxor] Jue Ene 27, 2011 8:24 am

Después de un árduo fin de semana en el que consiguió numerosas piezas para su puesto, algunas más complicadas que otras y por tanto más valiosas, y otras más "peculiares", allí estaba sentada sobre el pequeño taburete de madera, en el casi destartalado puesto en el mercado. La mercancía expuesta brillaba con los rayos del sol, atrayendo la atención de muchachas, mujeres y ancianas, de solteros, casados y amantes, cada cual por una razón diferente. ¿Le interesaban acaso los motivos? Lo cierto era que no, aunque en ocasiones prestaba atención a las historias, en especial de las ancianas, que con énfasis narraban vidas que les habría gustado protagonizar. Era entonces cuando la adorable y para nada malhumorada vendedora escuchaba con atención, con una amplia sonrisa en la boca, dispuesta a valerse de esas historias para venderles la pieza más cara. Y lo conseguía, simplemente era el arte de saber mentir, convertirse en la misma desgraciada persona que nunca aparecía en aquellas historias. Et voilà. -Gracias, de verdad. Estará, más radiante todavía.-decía mientras envolvía aquel ostentoso colgante, en forma de flor multicolor.-¿Seguro que no se lo quiere llevar puesto?-preguntaba, mientras, con aquella estrategia tan bien estudiada arreglaba unos pendientes con el mismo color con sumo cuidado.-Estoy segura de que entonces todo el mundo la reconocería como la gran estrella de cabaret que fue.-dijo tendiéndoselo al tiempo que cogía el dinero, pausadamente.-Seguro que el caballero que me comentó no le quitaba el ojo de encima..-y entonces se produjo el ya esperado efecto. Le pidió que le mostrase los pendientes, brillantes, valiosos, y que Luxor no tardaría en recuperar. Se los enseñó, posándolos en sus delicadas manos. La morena se adelantó a la pregunta que parecía dibujarse en los ojos de la mujer.-Estoy segura de que le gustarán.-la señora asintió, con una gran sonrisa en el rostro. Y la tendera se afanó en recoger el dinero, pero sin mostrar impaciencia.

Una vez se hubo marchado, se dibujó en el rostro de Luxor aquella sonrisa casi infantil, que aparecía cada vez que conseguía algo, y que iba en aumento cada vez que pasaba los billetes y echaba la cuenta. De no haber estado en un lugar público, probablemente hubiese hecho algo parecido a un baile de la victoria, pero no. Simplemente se limitó a guardarlo todo, a buen recaudo. Sentía en su interior aquella fuerza que le daba conseguir lo que quería. Se asomó, pegándole sin querer una patada al taburete, que luego recogería, y vio una figura rubia conocida, mirando al cielo y lamentándose. Salió por detrás, y se situó justo delante de su puesto. No pensaba alejarse mucho de sus valiosas posesiones, nunca lo hacía. Agitó la mano para captar su atención.-¡Lyra! ¡Aquí!-le indicó, sin dejar de mover la mano de lado a lado, y casi poniéndose de puntillas. Su víctima favorita. Era tan, tan ingenua... pero le caía bien.

Justo estaba pensando en que quizás debería de regresar a la tienda para devolver el lindo dije, cuando alguien me llamó y yo voltee para ver de quién se trataba. Sonreí un poco al reconocer una cara "amiga". Había conocido a Luxor en el mercado, siempre tenía joyas hermosas y que a mí me encantaban...lamentablemente las perdía frecuentemente y me avergonzaba llegar con ella y decirle aquello, así que en vez de contarle cómo perdía mis joyas, le compraba otras. Sin embargo las compras ese día tendrían que ser canceladas por otras mucho más necesarias.

- Hola Luxor - saludé tristemente a la chica.

La verdad, desde que la conocí, me había dado cuenta de que Luxor sabía como vender sus joyas, era muy insistente y aduladora, pero me agradaba mucho y conforme pasó el tiempo, me fue cayendo mejor, hasta que ya casi la consideraba mi amiga. Siempre tenía joyas hermosas y algún consejillo que darme para sacarles más brillo o para que no se deformaran, ciertamente era una chica que sabía lo que hacía.

- No vas a creerme lo que acaba de pasarme, en verdad soy una distraída de lo peor - me quejé con ella y me dispuse a contarle mi tragedia de ese día - vine a comprar unas cosas para mi departamento, muy necesarias, pero vi esto en un escaparate, y no pude evitar comprarlo y ahora debo de devolverlo para poder comprar lo que necesito o no podré bañarme y lavar mi ropa - terminé con mi carita más triste. Esto sólo me pasaba a mí.

La morena esbozó una gran sonrisa cuando la vio venir. Perfecto, había captado su atención, y al menos tendría conversación con alguien. Mantuvo esa sonrisa hasta que estuvieron juntas, y la saludó frotándole el hombro. No era muy dada a los abrazos, y todas aquellas muestras de afecto, así que con aquello era más que suficiente. Antes de que dijese nada, su mirada se clavó en la nueva joya que llevaba. Sus ojos parecieron brillar, pero se serenó, aunque aquella excelente pieza parecía susurrarle al oído que se la llevase consigo. Volvió a concentrarse en su interlocutora, y pudo percibir el toque tristón de su voz.-¡Lyra mujer! Tampoco será para tanto, pareces un perro degollado, cuéntame.-comentó, mientras se acomodaba para escuchar la historia de la rubia.

Entonces empezó la historia, a la que asintió suspirando, cuando dijo que era despistada. ¡Y tan despistada! Pobre, eso había hecho de ella una de las víctimas predilectas de Luxor, que una y otra vez, recuperaba aquello que le vendía, sin mucho esfuerzo. ¿Pena? Puede que en algún momento llegara a sentirla, quizás al principio, pero de alguna forma tenía que ganarse la vida, y primero iba ella, y después, los demás. Suspiró, y continuó prestando atención a aquello que le contaba, y nombró, una vez más aquella joya, lo que le obligó a que volviera a fijarse en ella. Extendió la mano, codiciosa, como si fuese a atraparlo y escapar de allí, pero tuvo que disimular.-¿Puedo verlo más de cerca?-consiguió decir. Si resultaba ser de la calidad que debería, tendría un nuevo objetivo. Un brillante objetivo. Podría venderlo sin dificultad, sacar más dinero por él. Cerró los ojos y se lo imaginó por un momento. Un cosquilleo se le extendió por el vientre, solo de pensarlo. Estupendo. Y entonces escuchó "ahora debo devolverlo". ¿¡Devolverlo?! No, no y no. Entonces se perdería, y le costaría muchísimo más trabajo recuperarlo, y luego venderlo. Entonces, en su oscura cabecita, se encendió la bombilla, y con aquel brillo suspicaz en los ojos, se acercó a Lyra, dispuesta a susurrarle algo al oído.-Tengo una idea.Dame el collar.-ordenó, pero sin querer ser autoritaria,y al ver la duda de ella, añadió.-Lo revenderemos, a un precio mayor, y tendrás lo que necesites.-aunque Luxor no se quedaría sin su parte, pero no se lo dijo, simplemente esperaría a que ella se lo ofreciera, era una buenaza, y tras su ayuda, la recompensaría.-Confía en mí.-adjuntó, tendiéndole la mano, con la palma hacia arriba.

Cuando me acerqué a Luxor, ella me acarició el brazo por un instante. Yo sabía que ella no era muy propensa a las muestras de afecto, pero ese pequeño gesto me había venido bien. Desde niña había sido siempre muy distraída, la diferencia era que en el mundo real tenía unos padres y un hermano maravillosos que siempre estaban dispuestos a ayudarme y a salvarme en cada momento, incluso mis amigas ya estaban acostumbradas y también andaban al pendiente de mí para evitar que perdiera la cabeza, aquí estaba yo sola con mi problema y me sentía algo inválida y deprimida.

- Ay Lux, es que de verdad te juro que ya no sé qué voy a hacer conmigo...todo me pasa - me quejé con tristeza.

Luxor escuchó toda mi historia y entonces me pidió que le enseñara el collar. Yo me lo quité del cuello y se lo mostré, más no dejé que lo tomara. Ella sugirió que lo revendiéramos a un precio más alto para que yo pudiera poder comprar mis cosas, yo abrí los ojos como platos y la miré sorprendida. Revender los objetos estaba mal, y era aún peor querer cobrarle de más a las demás personas.

- Oye Lux, pero eso está mal, no debemos hacer eso y menos tú que eres una gran vendedora...y espero que no hagas eso con las joyas que me vendes porque entonces me sentiré muy mal contigo - le previne mirándola seriamente.

Jamás me había puesto a pensar en Luxor como una mala persona, y no creía que fuera mala, seguramente quería ayudarme con mi problema y que por eso sugería algo como eso.

- Linda, te agradezco que quieras hacer eso por mí, pero no quiero que piensen que eres una mala vendedora, así que mejor lo devuelvo y listo- le dije con una sonrisa tierna mientras acariciaba su brazo con cariño.

Tema: Re: ¿Por qué demonios tenía que venir? [Luxor] Jue Feb 03, 2011 3:30 pm

La morena no pudo más que sorprenderse ante aquel tipo de acusación, aunque no fuese una propiamente dicha. Aún así sí, la había cagado, y mucho, pero podría salir de la situación, siempre podía. Así que se quedó mirando a ninguna parte mientras esperaba que la inspiración viniese a ella, mientras de reojo atendía que ningunas manos largas se acercaran a sus cosas. Y de repente, con esos movimientos bruscos y no precisamente distinguidos, se volvió a Lyra, con una gran y maternal sonrisa.-Verás, no había pensado en ello como mala acción, jamás podría hacer eso.-mintió, como una condenada, y casi bajó los ojos, medio entornados, para luego volver a abrirlos, cambiando su expresión a la más pura confianza en sí misma. Y se agachó clavando su mirada en el colgante de nuevo.-¿Cuanto te costó?-preguntó, alzando la ceja.

Fuese el precio que fuera, pensaba decirle que le habían engañado, que valía mucho más, y la morena, en su gran benevolencia, iría a hablar con aquel que se lo vendió, bueno a mantenerle ocupado, o quizás la rubia podría hacer eso mientras ella se hacía con algo más. ¿Su cómplice sin quererlo? Eso era, ni más ni menos, la guinda del pastel. Se colocó el pelo tras las orejas, y se acercó a Lyra para susurrarle algo.-Por las tiendas de por aquí, no tienen ni idea. Fíjate que el otro día fui a enseñarles algo, ¡Y me lo quisieron comprar por un precio inferior!-exclamó, mientras movía el dedo señalando a las tiendas invisibles.-Indignante.-añadió, para volverse a separar de ella.

Un mechón que había resguardado tras la oreja izquierda le volvió a caer, pero lo dejó ahí. Mientras esperaba una respuesta de la rubia, fue hasta su puestecito, y dentro rebuscó algo en su desgastada mochila, sacando unos pastelitos que se "había encontrado" esta mañana para desayunar en la panadería.Volvió a salir con ellos en las manos, y se pudo oír el rugir de sus tripas cuando volvió junto a Lyra.-¿Quieres?-dijo mientras le tendía uno y se llevaba el suyo a la boca, propinándole un gran bocado.

» Andrée "Luxor" Bisset
» Primera regla: Nunca "tomar prestada" una pandereta. {Luxor's ones}