Nadaba de un lado a otro sin mayor preocupación que el agua, que se filtraba por cada poro de mi piel, haciéndome sentir libre. Libre y sin ningún tipo de problema ni dilema. Todas mis complicaciones desaparecían en ese mismo momento. Sentía como mis músculos se relajaban y se destensaban. Me sumergí, buceando e intentando aguantar al máximo la respiración. El que fuera un Morey de agua ayudaba a que pudiera aguantar muchísimo más que cualquiera.
Salí a la superficie cuando me apeteció que la luz del día volviera a bañar mi rostro. Entonces reparé en que no estaba solo. Una muchacha estaba allí, a la orilla del lago. La conocía, de eso estaba seguro, de hecho pertenecía a los Exos. Me acerqué nadando a ella con rapidez, pero sin ningún tipo de aspavientos, con brazadas fluidas -Hola -saludé cuando llegué a su altura, sin salir del agua- Vaya, pensé que este lugar no era muy transitado, es raro ver caras conocidas por aquí -dije con una sonrisa amable.