"No dejes que este mundo roto estropee tu sonrisa..." - E N K A L I

Una frase que leí una vez en un libro, que creo esta duda…
Y ¿qué pasa cuando… son dos pensamientos, en una sola persona? ¿Qué hago?

Cuando Ámbar era un la dueña de su propio sentido, de su mente, y habladeras, solía ser una chica una persona extravagante y posee un espíritu vanguardista, le encantan los lujos, que la mimen, su humor suele ser de mil maravillas, y solía soñar despierta, música y colores son las que más le caracterizaban. Dudas, pensamientos llenos de curiosidad, tristeza hasta el mismísimo fondo, ¿por qué?, si antes eras tan alegre, las cosas no siempre son como uno quiere, y para Ámbar su vida empeoraba cada vez más, y más… llegando hasta un punto inimaginable para ella, su propia mente la engañaba, era buena, si, realmente lo era hasta que apareció ella. Enkali. Uno de los miedos más grandes de Ámbar es no poder controlar su propia existencia, dejarse llevar por Enkali atrapándola y sumergiéndola en lo peor que podría existir ante sus ojos, se siente un parasito para la sociedad, un ente peligroso para todo ser vivo, incluso para esta misma.


Cuando ellos murieron su mundo se destruyo, su pensamiento cambio, la dulce, la amable desaparecía poco a poco, quedando en vida solo un montón de carne y huesos, es dura, no deja cambiar su pensamiento con facilidad, su abuelo acompañante la metió en varias instituciones de música, canto, violín, piano, etc. Ella favoreció esto, volviéndose imprescindible en su vida, en su forma de pensar, la ayudaba a mantenerse relajada, en dejar la ira que la aprisionaba atrás, pero el sufrir y pesar de haber perdido a sus padres jamás lo logró olvidar volviéndose una condena eterna, deseo de venganza, si, ella era vengativa hasta el punto de matar a quien fuera que estuviera cerca. Una nueva muchacha nació, una reacia, necia, egoísta, desenfrenada, malhumorada, buena en tácticas de combate, gracias a su padre, quien le enseño a usar armas de todo tipo, tiene un cierto toque narcisista constando de mantener siempre un sentido de superioridad, y una creencia exagerada en su propio valor e importancia. Volviéndose en un ser arisco, antisocial y emocionalmente aislada, pero notoriamente violento. Por lo cual creo otro nombre para ese nuevo ser, llamado como Enkali.