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| En conclusión... {Stolca} | |
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Asya Armes - Armas
Nombre real : Antje Camelia Adlersflügel Mensajes : 16 Puntos : 22 Fecha de inscripción : 26/01/2011
| Tema: En conclusión... {Stolca} Jue Ene 27, 2011 9:43 pm | |
| Desde que había despertado en aquel lugar sin memoria alguna todas la líder me preguntó mi nombre, pero yo no lo sabía por lo que me llamaron Asya. Asya era bonito y me gustaba... pero desde entonces aquel lugar me daba una sensación de hogar y calidez, como si hubiera nacido y criado ahí aunque en el fondo supiera que tenía una vida por detrás y que si nadie se preocupaba de ello de seguro que tampoco importaba. Había estado ahí todo el día, era mi día libre le había dejado el trabajo a Niké, al menos así se sentiría como la directora real por un día. Já, pobre. Además del trabajo no tenía nada que hacer pues todas las demás tenían trabajos y ni siquiera si me dignaba a caminar por la calle, habían demasiados hombres.
Me encaminé a la cocina, aquel día estaba usando un suéter de lana, algo grueso pero tenía frío y también uno calcetines muy largos. Saqué una taza de la despensa y encendí la cafetera. Si bien la base era un lugar algo arcaico y antiguo que aveces podía dar más la impresión de un viejo lugar que podría considerarse reliquia histórica, habíamos conseguido varias cosas para sobrevivir como personas normales, supongo. Me apoyé de espalda en uno de los muebles, quedando de frente a la gran puerta para ver lo que sea que pasara fuera de la cocina, solo por precaución aunque me preocupaba demasiado y es que aunque no se puede entrar de ninguna otra manera que no sean las motos no me sentía segura sin llevar armas en mis manos ni en mi radio cercano.
Tomé la cafetera y vertí café sobre mi taza blanca para comenzar a caminar a la sala de estar, sin embargo, parte de mi torpeza permitió que pasará a llevar una mesa llena de papeles... Los papeles volaron hacia el suelo y para todas partes al rededor, bufé algo mosqueada y dejando la taza de café sobre la mesita me agaché recogiendo uno por uno cada uno de los papeles y me arrastraba por el suelo para alcanzar algunos que estaban más lejos mientras seguía mascullando entre dientes quejándome por mi torpeza y me preguntaba como podía luchar así, bueno... todos pueden luchar la verdadera pregunta era ¿Como podía luchar tan bien con esta torpeza? Era realmente pues, sin sentido alguno y es que algunos decían que sufría de trastornos de personalidad y personalidad múltiple pero yo siempre lo negaba, y es que en Menia no habían psicólogos ni psiquiatras, no que yo recordara al menos no conocía a ninguna que pudiera ayudarme además no necesitaba ninguna ayuda, yo estaba bien así no tenía nada de personalidad múltiples como todos decían, solo que nadie me conocía realmente.
Me levanté con los papeles en mano para volver a dejarlos sobre la mensa, todos desordenados como no estaban y si la líder los encontraba así de seguro que me mataba, pero ella andaba en otro lado y ya tendría tiempo yo después para arreglarlo. Volví a tomar mi taza de café y me tiré en el sofá con las piernas sobre este, sin dejar espacio para que alguien más se sentara, pero si no había nadie no interesaba de todos modos.
De pronto sentí ruidos más allá, en la entrada pero no les tomé mayor importancia a lo que cambié de opinión cuando los pasos se oían acercándose hacia mi para en ese instante darme y cuenta y ver quien era..
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| | | Stolca Armes - Robots
Nombre real : Meredith Arnold Mensajes : 55 Puntos : 63 Fecha de inscripción : 26/01/2011
| Tema: Re: En conclusión... {Stolca} Vie Ene 28, 2011 1:18 am | |
| Aynn. Ese nombre siempre me causaba gracia cuando lo decía. Aunque, según la líder, así era yo. Una Aynn. Y yo no lo había elegido. ¿O sí? Sólo recuerdo aparecer cerca de la base, frente a la líder, y ella sonriéndome con una sonrisa blanca perfecta. Me invitó a entrar y me soltó un rollo sobre su política, una política que me gustaba: nada de hombres. Era perfecto. Aquí me sentía más yo. No sabía porqué pero tenía la sensación de libertad. En la base me sentía más... yo misma. Todas a mi alrededor eran mujeres, hermosas, perfectas, con sonrisas dulces y palabras bonitas. Me gustaba sentirme ahí, no lo tenía claro, mi memoria era un pantano demasiado profundo, pero sabía que las mujeres me gustaban. Entonces... ¿era homosexual? Éso parecía. Sólo podía decir con certeza que cuando una de esas mujeres me sonreía me sonrojaba y me daba un escalofrío que recorría todo mi cuerpo y me hacía temblar de placer. Tal vez era lo más cercano a eso que llamaban "orgasmo" que podía experimentar.
Ese día no había nada que hacer. Mi pequeño robot, el cual era una especie de pájaro metalizado, de alas que se movían a más de cien revoluciones por segundo, volaba de un lado a otro de mi habitación. Era un cuarto pequeño, cuadrado, de ventana en una pared, sobre la estantería que tenía repleta de libros sobre informática, robótica y ciencia ficción de autores que me sonaban pero no llegaba a encontrar en mi memoria. También había un armario, una pequeña mesa de estudio con mi portátil y mis bases de hackeo y una cama alargada, de colchón mullido y almohada dura. Como me gustaba. El pequeño pajarraco "abofeteó" mi cara con dulzura antes de separarse de mí. Estaba durmiendo, era mi "día festivo", ya que Chip me había avisado de que no teníamos porqué ir hoy. Había murmullos en la fábrica, murmullos no muy buenos. Se rumoreaba que habían infiltrados de otros grupos. Y se colocó un código encriptado para que sólo los trabajadores de siempre de la fábrica lo entendiésemos. Yo lo entendí. Y se lo expliqué a Chip. Chip era "mi mejor amigo", por decirlo así, el que me ayudaba desde mi ingreso en la fábrica de robótica para mejorar en todo. Y gracias a él cree a "Colibrí". No sabía de dónde había sacado ese nombre, pero me vino de dentro llamarlo así. Y así se llamaba. El pájaro volaba de un lado a otro hasta que me levanté perezosa y con la melena alborotada. Por suerte, la mayoría -por no decir todos- de mi grupo estarían en sus respectivos puestos. Así que pasé de peinarme. Me miré al espejo del armario, mi pijama compuesto por un culotte negro, unos calcetines altos y una camiseta de tela de algodón de tirantes gris era todo lo que llevaba. Hacía algo de frío, así que me cogí una chaqueta y me la puse por encima. Sólo tenía pensado ir a por un chocolate caliente, así que salí del cuarto con Colibrí detrás. Fui a la cocina, saqué un sobre de chocolate en polvo y lo eché en una taza. Puse un poco de agua en un cazo, la puse a hervir, y cuando rompió a hacerlo la eché a la taza y surgió el espeso y cálido chocolate. Salí de la cocina, soplando a la taza, y cuando me iba a ir escuché el sonido de papeleo al fondo, en la sala de estar. Caminé lentamente hacia ella, con curiosidad, y asomé mi cabeza despeinada por el arco de la puerta, con Colibró pegado a la espalda, y observé que era Asya quien estaba en la sala, totalmente acomodada. Solté una carcajada corta y le di un sorbito al chocolate mientras me dejaba ver por completo. La sala tenía calefacción así que no me arrepentí de no haberme puesto pantalones y sólo una chaqueta. Busqué una silla libre, pero todas estaban demasiado alejadas de Asya. —¿Cómoda, miss culoplano? Ese mote se lo había endiñado hacía unas semanas, simplemente por diversión. No tenía el culo plano, todo lo contrario, pero me gustaba jugar con la ironía. | |
| | | Asya Armes - Armas
Nombre real : Antje Camelia Adlersflügel Mensajes : 16 Puntos : 22 Fecha de inscripción : 26/01/2011
| Tema: Re: En conclusión... {Stolca} Vie Ene 28, 2011 12:03 pm | |
| Al oír la voz tan relajada y amistosa de mi compañera me volví a relajar, debía hacerlo más seguido ya que últimamente parecía que todo en mi mundo era andar tensa por la vida como si esperara que algo malo pasara cuando en realidad las cosas malas nunca me tocan. Tal vez era un reflejo de algún recuerdo de mi vida anterior, la que no recordaba pero eso daba igual, total, ya no la recordaba.
Le eché un vistazo a su pinta sin tomarle mucha importancia ya que después de convivir con tantas chicas tan diferentes y a su propio estilo terminas acostumbrando a no saber que esperar de la chica frente a ti. No estaba segura de la sexualidad de Stolca, no estaba segura de muchas cosas sobre ella y es que nunca habíamos tenido uno de esos días en el que vas de comprar y te tomas un café estilo starbucks para charlar y dudaba que sucediera así como seguía el trabajo y estupideces sin sentido.
Recogí mis piernas dejando espacio en el sofá y al mismo tiempo invitándola a sentarse, si no me equivocaba a todos les gusta estar sentados, corrijo, a todos les gusta no estar parados y es que aveces es molesto, no sabes donde poner los pies ni las manos ni nada y es aburrido.... además de cansador.
—Comodísima - Le dije sonriente para luego tomar un sorbo de mi café el cual ya no estaba tan caliente como antes y es que de no ser por los estúpidos papeles estaría muy calentito, especial para un día como aquel.
Observé con detención al... artefacto ese sin notar que mostraba una mueca un tanto extraña pero el.... artefacto ese era realmente extraño y estaba segura de que yo no le caía para nada y que algún día terminaría explotándole una bomba encima y decir que fue un botón auto-destructivo, pero sabía que como me acostumbraba a todo lo demás me acostumbraría al bicharraco ese y viviría mi vida feliz sin importarme sobre robots ni nada por el estilo, solo yo y mi burbuja sin robots, oh si eso sonaba muy bien.
—¿No tienes trabajo? Anda... te despidieron por extremada excentricidad de robots bichos -Le dije alzando una ceja divertida para luego lanzarle una mirada asesina al artefacto volador.
Posé mi mirada sobre la chica nuevamente, si había algo que me gustaba de ella era su cabello, era todo... naranjo y esponjado, todo lo contrario al mio y es que el de ella era tan perfecto que sería capaz de matarla para robarle el pelo. Ok, exagero y es que la verdad Stolca era bastante linda y creía que cualquiera en la base podría notarlo o tal vez yo estaba medio loca, lo cual no me extrañaría para nada.
Me acomodé con regocijo en el sofá y la observé atentamente, tomando un sorbo de mi café. | |
| | | Stolca Armes - Robots
Nombre real : Meredith Arnold Mensajes : 55 Puntos : 63 Fecha de inscripción : 26/01/2011
| Tema: Re: En conclusión... {Stolca} Vie Ene 28, 2011 11:35 pm | |
| Giré mi cabeza. Observé a Colibrí y observé que tenía bombillas de los ojos apagadas, formando una especie de entrecejo. La IA que le coloqué servía de mucho. Sonreí ampliamente y después observé que las esculpidas piernas de Asya se apartaban para dejarme sentar a su lado. Se lo agradecí con una sonrisita de las mías y caminé rodeando el sofá hasta poder sentarme. Vi todo el envoltorio de papeles que había sobre la mesa y prefería dejar mi taza en mis manos. Le di un sorbo al chocolate, sin mucho interés, pues lo único que me interesaba de él era el calorcito que me regalaba. Soplé un poco y le di un segundo sorbo mientras observaba su posición. Estaba algo encogida, la habría molestado al llegar, así que alcé mis piernas, coloqué mis pies desnudos sobre la mesa, encima de un papel que rezaba algo de los Aynn y después dejé la taza en el suelo. Colibrí fue hacia ella, se posó en el borde de la taza y metió el pico. Seguro que sólo cogía las sales minerales del agua. De verdad, odiaba que hiciera eso. Ahora el chocolate seguro que sabría fatal. Se me pasaban las ganas de tomarlo. Rodé los ojos y me acerqué a Asya, agarré sus piernas, las cuales tenían un tacto como de seda y las coloqué sobre mis muslos, para que ambas tuviésemos las piernas extendidas. —Mucho mejor. Sonreí ampliamente y tabaleé los dedos contra el reposabrazos del sofá, mirando de reojo a Asya hablar sobre mi chisme volador. Bufé y golpeé con todos mis dedos el reposabrazos, viendo como Colibrí si paraba en seco frente a los ojos de Asya. Escuchaba. Procesaba. Era uno de is robots más inteligentes. Y, aunque no me gustaba que se metiesen con él, a Asya le permitía bastantes lujos. Nos conocíamos desde hace poco, no tenía mucho contacto con las Aynn, pero ella fue una pequeña excepción. Y no me entristezco por ello: es guapa, con los ojos más profundos y bellos que había visto nunca y con esa melena rubia tan hechizante. Tal vez era mi repentino amor hacia las mujeres -una sensación que tuve al despertar en esta base, y que me persigue cada día, aunque ahora lo tengo como algo normal- fue el causante de mi amistad con Asya. Tal vez, sólo tal vez. Aunque no podía ignorar que me gustaba su compañía. Era divertida; agradable; simpática y su humor, en ocasiones mordaz, me hacía sonreír. —Se llama Colibrí. Y no es una excentricidad -Colibrí vino a posarse en mi hombro-. Es mi "guardián", me defiende, y encima es un gran rastreador. Me ha salvado de muchas malas pasadas. Y le quiero como si fuese mi hermano. Le acaricié su pico metálico, frío por el elemento que lo conformaba y por la temperatura del exterior. Colibrí emitió un dulce zumbido que hizo que se me erizaran los pelos de la nuca. Era algo así como un canto de alegría. Sonreí y tabaleé de nuevo. Ahora con un extraño ritmillo. Código morse. Colibrí me miró, saltó y emprendió el vuelo al cuarto. Sí, le había pedido que se marchase. ¿Intimidad? Tal vez. ¿Que no tenía ganas de malos rollos entre Asya y Colibrí? También tal vez. —Es mi día libre. En la fábrica hay rumores de infiltraciones y nos pidieron en un código encriptado que no fuésemos a trabajar. Espero que todo salga bien... no tengo muchas ganas de quedarme en la base más tiempo. Es estresante... no sé qué hacer. Me paso leyendo manuales de robótica todo el día. Me gusta pero... no sé, quiero emoción. Me encogí de hombros y me reí suavemente mientras los dedos de mi mano derecha, los que antes tabalearon el mensaje morse para Colibrí, jugueteaban con los dedos de Asya, ocultos bajo esos altos calcetines tan calentitos. Yo pisaba la mesa del salón, no notaba el frío suelo, aún así, el vello de mis piernas estaba erizado y la piel de gallina. Pero bueno, no había pensado en eso del frío. Tampoco había pensado quedarme. Ni que hubiese alguien. —¿Y tú qué? ¿Te tocaron ese culo plano que tienes y le metiste a alguien una bala entre ceja y ceja? ¿Por éso estás aquí? ¿Despido improcedente? Murmuré con sorna mientras pasaba la yema de mi dedo índice por entre los dedos del pie izquierdo de Asya, con jugueteo infantil. | |
| | | Asya Armes - Armas
Nombre real : Antje Camelia Adlersflügel Mensajes : 16 Puntos : 22 Fecha de inscripción : 26/01/2011
| Tema: Re: En conclusión... {Stolca} Sáb Ene 29, 2011 12:38 am | |
| Su sonrisa cálida y alegre me decía que me agradecía por lo que volví a sonreir esta vez con satisfacción y le lancé una mirada más al robot volador el cual parecía ser mucho más libre que yo cosa que de forma u otra me causaba algo de envidia pero estaba medio loca de seguro porque hasta donde yo sabía los robots no tenían libertad alguna, solo eran creados para el beneficio humano, para satisfacer lujos que ellos no son capaces de darse como ir a la cocina a buscar las llaves, como decía. Solo para el beneficio humano. Y me alegraba de no ser robot por lo que retiré mi mirada del pequeño robot revoloteante y tomé un sorbo de café. Noté como el robot bebía chocolate, lo cual me parecía de alguna forma extraño porque los robots no beben pero yo no sabía nada de robótica y no podía ponerme a hacer justificaciones sin ninguna base concreta, luego vi como posaba ambas piernas en la mesa que yo torpemente había llenado de papeles sin dejar espacio para nada.
Me reí mudamente cuando tomó mis piernas y las colocó sobre su regazo, de seguro pensó que estaba incomoda cuando en realidad estaba bien, pero así era mejor y es que para ser ágil y buena en los combates tienes que ser lo suficientemente flexible como para encogerte de maneras que ni se te ocurren por lo que ya estaba acostumbrada y ya ni molestaba, como las contorsionistas pero con muchos menos movimientos que te hacen ver como si no tuvieras huesos.
-En ese caso ¡Viva colibrí! Por salvar a esta revoltosa - Exclamé lanzandole una mirada traviesa a la pelirroja sabiendo que siempre andaba metida por ahí en problemas y cosas y de seguro que si ella lo decía entonces el robot si la había ayudado en bastantes. Si bien no eramos las mejores amigas, dudaba que se llevara mejor con alguien de la base en especial porque no habían demasiadas Aynn, no todas las chicas están dispuestas a vivir sin hombres y con eso me refiero a un régimen anti hombre ya que si Althea te pillaba con un hombre era capaz de decapitarte sin piedad. Aveces pensaba que pueden haberle hecho que sea lo suficientemente terrible como para odiar a los hombres sobre todas las cosas, yo pude haber elegido irme si quería pero de alguna forma sabía que pertenecía ahí y ese era mi lugar. Cuando Stolca llegó yo estaba en la base, otro día libre que me tomé y enseguida congeniamos, me refiero a que era bonita, simpática, inteligente.... en otras palabras era todo y era obvio que me fijaría en ella ¿O no? O que alguna de las demás lo haya hecho pero yo, yo no tenía ninguna gracia y nunca nadie se había fijado en mi en mi entera vida, pero eso estaba bien y lo aceptaba porque hay gente así ¿No? y estas cosas pasan.
Vi como acariciaba a la criatura y pude notar el cariño en sus ojos, se veía que lo quería con solo ver aquel brillo alegre que tomaban sus ojos al mirarlo y yo no iva a interponer en aquella linda relación por lo que me deje de joder, y eso no significa que la cosa deje de desagradarme. Pero luego noté que se iva así de la nada lo cual me hizo sentirme algo culpable debido a mi actitud y luego la mire con una expresión extraña.
-¿Por qué se fue? Ya me estaba empezando a caer bien... - Mentí con una pequeña sonrisita inocente pero luego solo me dediqué a escuchar atentamente su respuesta a mi pregunta sobre el trabajo y cuando todas esas palabras extrañas-o no tan extrañas pero que yo solo no entendía- puse los ojos como platos y solo seguí mirándola tratando de disimular mi ignorancia tras mi mirada inocente hasta la última parte en la que si entendí de lo que hablaba un poco más y entonces me digné a responder algo más decente que un simple '' Oh, ya veo''.
-Hum... Si emoción para ti es meterte en mil problemas entonces creo que te quiero aquí sana y salvo - Le dije bromeando divertida pero era verdad que siempre andaba metida en líos inexplicables. Sus caricias me daban cosquillas en ocasiones y es que era un poco, bueno tal vez muy cosquillosa pero no me molestaba en lo absoluto, de otra forma podría decir que hasta divertido y que me gustaba.
-Claro - Le dije riendo para luego tomar otro sorbo de mi café el cual ya se estaba acabando y luego poder hablar -No, tengo día libre de nuevo, además no pueden despedir a alguien tan genial como yo ¿verdad? - Dije presumiendo sonriente y algo coqueta a la vez. | |
| | | Stolca Armes - Robots
Nombre real : Meredith Arnold Mensajes : 55 Puntos : 63 Fecha de inscripción : 26/01/2011
| Tema: Re: En conclusión... {Stolca} Sáb Ene 29, 2011 12:54 am | |
| Al escuchar lo que decía sobre Colibrí puse los ojos en blanco. Menuda bipolaridad. Aunque luego sonreí. ¿Ahora qué podía decir? Asya no parecía la típica chica Aynn que se te tiraba al cuello. Conocía a una, que ya me había propuesto escaparme con ella a un "rincón secreto". Yo me negaba, no creía demasiado en eso del sexo sin amor. Aunque debía reconocer que no creía en el sexo en general. Seguramente, en mi pasado olvidado, seguiría siendo lo que Althea me preguntó el primer día que me vio "¿eres virgen? Si lo eres, no lo digas. Aquí hay demasiadas chicas con las hormonas alborotadas... serías como un trofeo de caza". ¿Sería virgen? Seguramente. Jamás había experimentado lo que era un orgasmo, o algo similar. Muchas chicas presumían de ello, pero yo no lo entendía. Según lo que me habían contado era una simple reacción en cadena de liberación de hormonas. Nada más que eso. Volviendo al punto de partida. Aún no sabía qué responderle a Asya sobre su pregunta. ¿Por qué se había ido? ¿Porque quería intimidad con ella? Éso tal vez la haría poner nerviosa. ¿Porque no me gustaba que se metiese con él ni él con ella? Éso tal vez la haría sentirse mal. En ambas opciones salía perdiendo. Y entonces, como de la nada, surgió la idea. La respuesta perfecta. El atajo. Ella no sabía nada de robótica, así que podía usar eso en mi favor a la hora de hablar. —Colibrí tiene un horario de carga y descarga. A una hora, descarga todos los datos en mi ordenador. Así voy conociendo mejor Bvlgaria. Es que Colibrí posee un sensor geotérmico que investiga los terrenos, sus montañas, todo. Es un mapa tridimensional. Y ya tengo gran parte de la base investigada. Me faltan los despachos cerrados y poco más. Y Colibrí lo deja todo en un fichero. Y la hora de descarga es ya, es como "el tope de su memoria". La única vez que no lo hice, poco después de crearlo, casi explota. Ahora tiene un chip interno que le indica cuándo tiene que descargar. Y cuando duerme, carga su memoria de espacio libre para el siguiente día. En realidad todo lo que la había contado era cierto. Pero ahora no era su hora de descarga. Aún faltaban como cuatro horas para éso. Pero... ¿qué importa? Una mentira piadosa. Sonreí bobamente al escucharla después de explicar lo ocurrido en la fábrica. No entendía. Era normal, pocas personas conocían la palabra "código encriptado". Incluso Chip, mi compañero, le costaba descifrarlo. En realidad el mensaje simplemente era un fondo negro con recuadros blancos. Un código cromático binario. Blanco 1. Negro 0. Y de ahí salía el mensaje. Puse morritos al escucharla que debía quedarme ahí y me crucé de brazos, como indignada, pero pronto solté una carcajada y volví a dejar caer mis brazos, recostándome en el sofá, cruzando mis piernas y ladeando mi cabeza para mirarla con los ojos entrecerrados. —Claro. ¿Qué harían sin ti? Bvlgaria no podría sin las magníficas armas de la más grande y sexy fabricante del mundo... Murmuré con ironía mientras pasaba la yema de mis dedos por la planta del pie derecho de Asya. Miré su pie fijamente y después la miré a ella de reojo. Me mordí el labio una décima de segundo y después, sin dejar de acariciar, la hablé. —Tienes unos pies preciosos... ¿Éso era un piropo? Sí. Algo extraño. Pero se podía decir que era algo fetichista. Y sus pies me gustaban. Volví a recostarme en el sofá, a tirar hacia atrás la cabeza y a mirarla de reojo mientras la acariciaba a ciegas el pie, descubriéndolo. Era como algo hipnótico. Su vista y mis caricias iban como al unísono. Una sonrisa curvó mis labios, sin poder evitarla. | |
| | | Asya Armes - Armas
Nombre real : Antje Camelia Adlersflügel Mensajes : 16 Puntos : 22 Fecha de inscripción : 26/01/2011
| Tema: Re: En conclusión... {Stolca} Sáb Ene 29, 2011 2:26 am | |
| De seguro que había notado mi cambio con respecto al ser que volaba y es que como creo haber mencionado, padecía de una seria bipolaridad o algo parecido como personalidad múltiples, al menos había una cosa de la que podía estar segura y era que yo no era la típica Aynn que ve a las demás como un pedazo de carne ni un juguete sexual, yo era mucho más calmada con respecto a todo y podía estar segura de que no había dejado a ninguna de las chicas usarme como su entretención pero no sabría decir nada porque no tengo memoria alguna, no podía recordar nada de mi pasado... tal vez tenía un novio y tal vez un hijo... eso último es casi ilógico considerando que tengo solo 19 pero aún así, tal vez tenía una novia. Nadie sabe y la cuestión era que esta era mi vida ahora, lidiar con las chicas sexualistas en mi día a día y trabajar como loca para sobrevivir en Bvlgaria y en la base y tal vez yo no era de las que se te tiraban encima como si fueras un jugoso trozo de carne debía admitir que Stolca me atraía y bastante. Si bien la compañía de Colibrí no me molestaba estaba mucho mejor así, era más... ¿Cómodo? ¿Intimo? Fuera lo que fuese me hacía sentir mejor y tal vez me sentía más libre de hacer lo que quisiera hacer sin que un intruso me molestara o algo por el estilo.
Volví a escuchar un montón de palabrería innecesaria, me refiero a que me bastaba con un simple ''Nada, cosas de robots'' Pero no, me lo tenían que poner todo más complicado a mi y a mi ingenua mente por lo que solo volví a pretender que escuchaba y que entendía pero más allá de eso no sería capaz de responder nada decente para su nivel, en serio que prefería hablar de cosas que ambas entendiesemos bien para que no haya que andar pretendiendo si se sabe o no y si se escucha o no.
Reí ante su comentario sobre mis armas simpaticamente acabándome mi café para luego dejar la taza en el piso pero eso no salió muy bien, la taza se me deslizó de los dedos cayendo sobre la alfombra cosa que no era problema ya que la taza no tenía nada en ella y al caer sobre la alfombra no se escuchó ni emitió ningún tipo de sonido que llamara la atención y luego volví a posar mi mirada en la chica. Oí su comentario poco inusual el cual además de hacerme sonrojar me hizo algo de gracia, no sabía si era un cumplido o qué pero decidí seguir el juego lanzandole una profunda mirada.
-Gracias, tu tienes...- Comencé a pensar observándola atentamente para luego decir:- tu eres preciosa.
Si, tal vez estaba comenzando a tomar un nuevo ambiente la conversación pero a mi no me digan nada porque yo no empecé y creo que me gustaba más así, después si algo salía mal no me sentiría culpable por haber empezado con el pié izquierdo y podía estar tranquila aunque sabía que si algo salía mal de todas formas terminaría sintiéndome mal. También sabía que estaba pensando demás con cosas que ni siquiera existían, me estaba haciendo una historia imaginaria en mi mente enfermiza de bipolar con personalidad múltiple y nadie debe escuchar a una mente enfermiza de bipolar con personalidad múltiple ni si quiera yo. Seguí contemplando su rostro mientras sentía sus caricias que me causaban pequeños cosquilleos inocentes... Sus rasgos, su rostro todo se me hacía tan familiar y bonito que de no ser por eso no creo que en aquel momento fuéramos amigas pero cuando la vi super que ella era diferente, no una chica llena de sexo y eso me gustaba. | |
| | | Stolca Armes - Robots
Nombre real : Meredith Arnold Mensajes : 55 Puntos : 63 Fecha de inscripción : 26/01/2011
| Tema: Re: En conclusión... {Stolca} Sáb Ene 29, 2011 2:45 am | |
| Me hacía gracia ver como Asya se perdía entre mis palabras. Me encantaba jugar con ello, era casi como poder dominar la mente de una persona. Tanta palabrería técnica no dejaba a nadie indiferente: todos estaban perdidos por igual. Incluso en la fábrica algunos me decían que no entendían nada de lo que decía. Y es que yo me había leído todos y cada uno de los manuales de robótica de Bvlgaria. Todos. No había uno que no hubiese leído. Había leído sobre los "robots primigenios", que eran simples herramientas para la ayuda del día a día de nosotros. Pero que con el tiempo y la tecnología la gente empezó a comprender que los robots podían tener inteligencia y hacer más de una cosa, no sólo ésa a la que se les había asignado. Aunque siempre hubo rebeliones. No sé cuantas exactamente pero leí una que me resultó bastante interesante sobre el inicio de la IA. Los primeros robots con Inteligencia Artificial empezaron a cuestionarse algunas cosas. Y, finalmente, llegaron a rebelarse. Los humanos pudieron con ellos, pues aunque tuviesen IA no llegaban al nivel de la mente de un humano. Se quedaban en el proceso. Así que los humanos, tras vencer, idearon el "chip omega", que no era más que un cortocircuito que se generaba en cuanto la IA empezaba a tener ideales propios. Éso me parecía algo inhumano, por eso Colibrí no tenía el chip omega. Y por eso sentía, odiaba, tenía celos... Ésa es la magia de los robots. Miré fijamente a Asya al escucharla, alcé una ceja al ver que tardaba en decir algo y al susurrarlo no pude evitar dejar de acariciarla. Pero no porque me hubiese ofendido, todo lo contrario, me había encantado lo que había dicho. Me mordí el labio inferior y la miré. Bajé sus piernas de las mías, aparté mis pies de la mesa y me arrastré por el sofá hasta su lado. Sin decir ni una palabra. Me coloqué junto a ella, agarré su barbilla, y junté mi frente con la suya. Cerré los ojos y aspiré el aroma a café que desprendía su piel y su aliento. Aspiré el perfume que impregnaba su cuello y, con los ojos todavía cerrados, hablé con una voz titubeante, pero dulce y algo cohibida. —¿Puedo besarte? Pregunté sin mirarla, con las mejillas ardiendo. El corazón bombeaba con frenesí, tanta proximidad era alarmante. Temía que Asya me tomase por una cualquiera, una Aynn más que desea un lio de una noche. De esas, en la base, había miles. Pero yo no deseaba lio. Sólo un beso. Desde que la conocí tenía ganas de besarla, de saborear sus labios, de saber a qué sabía su boca. Tragué saliva y esperé con las manos sobre sus hombros, con el pulso algo tembloroso y una sonrisa avergonzada en mis labios. Aspiré profundamente y, antes de que dijese nada, como último cumplido y confesión, murmuré: —Hueles muy bien... Hice una mueca de sonrisa y me acerqué un poco más a ella, ladeando la cabeza, acercando mis labios a los suyos, entreabriéndolos y notando como la punta de éstos era recorrida por un escalofrío punzante que hacía que me temblasen. Estaba nerviosa. Temía que después de ésto me enamorase del sabor de sus labios y dejase que la locura y la pasión me inundasen. Debía evitar eso. Por mí. Por ella. Por ambas. No se merecía algo así, ni yo. No merecíamos un "polvo" rápido. Y si me dejaba llevar por la locura de la pasión era exactamente lo que iba a pasar. Por eso iba con precaución y nerviosismo. | |
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